domingo, 29 de julio de 2012

El poder del individuo y el mito de las masas

Nuevamente me encuentro ante este espacio tan mío y tan abandonado, y que me espera desde hace años, casi 3 de ellos.

Decidí darle otra oportunidad, y continuar con estas entradas de diario de mis recuerdos tanto individuales como colectivos, y de unos divagues que a lo mejor no serán más de importancia que a mí humilde persona.

 Este fin de semana vi una película que la tenía pendiente desde hace años, "El Manantial", basada en la novela homónima de la escritora ruso-estadounidense Ayn Rand. Una película que ya cuenta con sus décadas, y que adolece del romanticismo caricaturesco de sus tiempos, pero que sin embargo tiene unas cuantas cosas rescatables, a mi modo de ver.

 ¡Cómo ha resucitado en nuestros tiempos esta señora!, y pese a que no estoy 100% de acuerdo con ella en sus argumentaciones y en su filosofía del Objetivismo, sí estoy de acuerdo en su alabanza al Individuo, como único fundamento irreducible de la raza humana.

 Es el Individuo el ejecutor de los cambios, el dueño de la iniciativa y del progreso. El Individuo es el único capaz de pensar, tomar decisiones y por ende, hacer contribuciones. El colectivo no es sino una asociación de Individuos, el colectivo como ente abstracto no existe y no puede existir. De perseguir esa utopía, nos veremos nuevamente sumidos en la esclavitud del totalitarismo. El colectivo no piensa, no toma decisiones. No lo puede realizar.

 Es hora de que caigamos en razón y nos demos cuenta de cuánto poder tenemos, los Individuos, y empecemos a romper las cadenas que mitos milenarios nos han impuesto.

Les dejo con la defensa de Howard Roark, el arquitecto rebelde e individualista.
 

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