miércoles, 24 de octubre de 2012

Los artesanos de Abya Yala


Errantes, atravesando el incógnito mundo
dependiendo del azar de lo salvaje
tentando a las bestias
enterrando a sus hijos.

Mujeres que no sabrán si sobrevivirán
el inmisericorde invierno infinito.
Durmiendo con la muerte,
con el único consuelo de los dioses.

¡Ignoran que sembrarán la semilla
de grandes imperios!
Frágiles mortales
derribados fácilmente por el hambre.

Desconocen su destino,
solamente sienten el impulso de emigrar
Porque sus antepasados
así lo decidieron.

¡Busca el Sol!
¡Huye de la noche, castigo de los dioses!
Hacia el sur, porque estas tierras son malditas
Atrás quedaron los días cálidos

¿Hacia dónde vamos?
Dicen los niños.
Los pocos ancianos callan.
Pero los dioses responden

Hacia las Tierras del Sol
las Tierras Imperecederas
donde el alimento emana del suelo
donde los animales son abundantes

En esas Tierras te establecerás
serán tu refugio hasta el fin de tu raza
Levantarás cuevas con tus manos
y los niños no morirán.

Gobernarás la Naturaleza
Tu descendencia será como las estrellas
Y los animales te temerán
Soberbio te erigirás

Serás como nosotros
comulgarás con nuestro linaje
y al suspirar por última vez
contemplarás tu grandeza.


Dedicado al amigo Chéster Swann, que nos promete una obra exquisita sobre los orígenes de nuestro continente.


domingo, 21 de octubre de 2012

El discurso del Amo y Señor

El levantó su copa y exclamó:

"Sigamos haciendo las cosas tal como están. ¿Para qué gastar rebuscando soluciones? ¿Para qué idear nuevas maneras de hacer lo mismo y mejor? ¿Para qué buscar el progreso, si acaso la comodidad de lo existente nos da seguridad? ¿Por qué aventurarnos por un camino nuevo, persiguiendo quimeras, mirando el futuro, en vez de malgastar el presente? 

El presente es todo lo que existe. El futuro, que se lo vean nuestras crías y demás embriones que esperan su turno en venir. Es un desperdicio invertir esfuerzo siendo que es mejor reposar en el sistema, en el entramado ya organizado y eterno.


¿Para qué buscar hacer mejor las cosas? ¿Pobreza? Que se lo vean los pobres. Algunos no fueron lo suficientemente inteligentes, otros holgazanearon, otros fueron demasiado buenos en esta selva de depredadores, y otros solamente sacaron la mala lotería genética.


¿Contaminación? ¡Qué importa! Como dije, que se lo vean los futuros humanos. Lo que importa es el ahora, y extraer lo más posible del ahora. Si luego no queda nada, problema ajeno, no nuestro. Como quien llega tarde a un festín, que se conforme con las sobras.


No importa el mañana, no importa la especie, no importa el planeta, no importa el cosmos, no importa la vida. Tan sólo el ahora. Este instante, esta inmediatez. Por eso, es el peor sacrilegio perder tiempo buscando soluciones. 


No hacen falta soluciones, porque los problemas actuales no son problemas. Son situaciones que nos convienen. 


Que caigan naciones y pueblos enteros. Que se echen a perder vidas, si ha de ocurrir ello. 


Solamente importamos nosotros. Y lo que podamos robar, extraer y estrujar. Todo lo material que podamos acumular, sin importar a quien tengamos que pisotear y exterminar. Y hay que hacerlo lo más rápido e intensivo posible, porque la vida es breve. Y después de la vida no hay nada, solo el vacío silencioso de lo inexistente. 


Así que, apurémonos en nuestro exterminio. Si el planeta tiene que morir, lo mataremos. Si hemos de matar a nuestros hijos, que lo hagamos. Apurémonos antes que el tiempo reclame nuestros cuerpos. "


Y así dijo el Amo y Señor, y todos los que con él estaban reunidos, asintieron con una sonrisa.

En pocos siglos más, el Homo Sapiens cesó de existir, y su planeta, llamado "Tierra" por sus antiguos habitantes, quedó más muerto que un asteroide, más inhabitable que Venus y Júpiter.

Por suerte, nosotros no nos atrevimos a hacer contacto con esa especie.

Que el Cosmos se apiade de su memoria.


lunes, 15 de octubre de 2012

El Refugio del Fin del Mundo

En medio de la vorágine, ese que anuncia una convulsión, un colapso de nuestra paciencia y aguante, siempre estará el refugio. La última esperanza, donde reposar para retomar fuerzas.

Cuando el mundo parece martillarnos el cerebro despiadadamente, y uno va perdiendo las esperanzas en este conglomerado humano a una velocidad mayor de lo que uno quisiera, aparece esa chispa diminuta que es capaz de disuadirnos de tirar la toalla.

Sólo que esta chispa no es percibida a través de los ojos, sino que es escuchada. Una chispa sonora, que sana nuestros oídos cual bálsamo, y que nos hace olvidar de esas atrocidades a las que nos somete la necedad colectiva diariamente.

Esa caricia auditiva, ese masaje que penetra por los oídos y eleva nuestro corazón. He ahí el cielo cristiano, el Demiurgo platónico.

Y estoy hablando, cómo no, de la Música universal, de la que aspira a ser Arte y no mero consumo pasajero, por eso se le dice 'erudita'. No por la soberbia, sino por el sacrificio que demanda alcanzarla.

Para aquellos hastiados de escuchar bazofia por donde uno va, (en el colectivo, en la calle, en el auto,en la oficina, en el vecindario, etc), les ofrezco este remedio.

Considérenlo un arma para sobrevivir este fin del mundo. Digo "fin del mundo", porque vivimos una era donde no sólo se han olvidado las grandezas humanas, sino que éstas sufren de persecución y exterminio.

Contemplar y recrear la belleza, aspirar a elevarse y no conformarse con lo ofrecido, constituyen peligros en este fin del mundo.

Amantes de la Música Clásica, del Arte y la Cultura, estén donde estén, aquí tienen una nueva propuesta radial, para sanar el dolor de sus oídos y encontrar algo de paz en medio del tumulto.

CONCERT CLÁSICA