lunes, 15 de octubre de 2012

El Refugio del Fin del Mundo

En medio de la vorágine, ese que anuncia una convulsión, un colapso de nuestra paciencia y aguante, siempre estará el refugio. La última esperanza, donde reposar para retomar fuerzas.

Cuando el mundo parece martillarnos el cerebro despiadadamente, y uno va perdiendo las esperanzas en este conglomerado humano a una velocidad mayor de lo que uno quisiera, aparece esa chispa diminuta que es capaz de disuadirnos de tirar la toalla.

Sólo que esta chispa no es percibida a través de los ojos, sino que es escuchada. Una chispa sonora, que sana nuestros oídos cual bálsamo, y que nos hace olvidar de esas atrocidades a las que nos somete la necedad colectiva diariamente.

Esa caricia auditiva, ese masaje que penetra por los oídos y eleva nuestro corazón. He ahí el cielo cristiano, el Demiurgo platónico.

Y estoy hablando, cómo no, de la Música universal, de la que aspira a ser Arte y no mero consumo pasajero, por eso se le dice 'erudita'. No por la soberbia, sino por el sacrificio que demanda alcanzarla.

Para aquellos hastiados de escuchar bazofia por donde uno va, (en el colectivo, en la calle, en el auto,en la oficina, en el vecindario, etc), les ofrezco este remedio.

Considérenlo un arma para sobrevivir este fin del mundo. Digo "fin del mundo", porque vivimos una era donde no sólo se han olvidado las grandezas humanas, sino que éstas sufren de persecución y exterminio.

Contemplar y recrear la belleza, aspirar a elevarse y no conformarse con lo ofrecido, constituyen peligros en este fin del mundo.

Amantes de la Música Clásica, del Arte y la Cultura, estén donde estén, aquí tienen una nueva propuesta radial, para sanar el dolor de sus oídos y encontrar algo de paz en medio del tumulto.

CONCERT CLÁSICA






1 comentario:

  1. Gracias, Norma, por tus comentarios que exceden (en mucho) mis merecimientos.
    Es muy bueno saber que uno no está solo en esta desigual, despareja lucha contra la mediocridad y el conformismo.
    No es fácil pensar en un mundo de actuantes sin sueños ni memorias.
    Pero no sé de otro modo de vivir, sino en la lucha denodada por encontrar las respuestas a la infinitas preguntas, transitando los caminos no andados y abriendo las innumerables puertas tras las que duermen los arcanos.
    Ojalá este refugio sea moradas de soñadores y sueños inconmensurables. Oscar Boubée

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