domingo, 30 de septiembre de 2012

Los dioses del desierto

Ra
Osiris
Horus
Seth

Sol de la mañana
victoria del ocaso
surcador de los vientos
protector de la muerte

Anubis
Isis
Tot
Ptah

Guía del Fin
Vientre de la tierra
Refugio de los sabios
Diseñador de las maravillas

Los dioses bendigan al paganismo
y lo que queda de él
Que el Sol siempre se levante
y dé su calor y fuerza a los hombres.








jueves, 27 de septiembre de 2012

Miedo al Progreso

Cuando uno vive en un hábitat donde el atraso constituye la gravedad, siente nostalgia por lo que nunca tendrá. Es un "nunca" que persistirá hasta mentes nuevas vayan sucediéndose a las actuales, tan apegadas a vivir en un pasado sin fin.

Este es un territorio geográfico que dice NO constantemente al progreso, que se niega a mejorar en lo más básico, y esta entrada es nada más que una queja estéril, una proclamación infructuosa de este hecho.









No es la imposibilidad de alcanzar la mejoría, porque se tienen los medios. Es la negativa, es la voluntad a persistir en este estado, es el temor, la fobia al futuro. Porque el peor miedo que existe, no es el miedo al fracaso, sino el miedo al éxito. Miedo, miedo, miedo. Es una palabra cruda, para la que no quiero buscar sinónimos ni suavizantes.

Ya no creo que exista remedio a esta situación. No hay medicación capaz de paliar o revertir esto, tan sólo queda esperar que el tiempo haga sucumbir al organismo ante el cáncer del atraso, y que tras el entierro del cadáver, venga otra generación, otra era, que inaugure el abrazo al progreso y al bienestar.

Para que algo nuevo surja, algo tiene que morir. Es la creación fundada en la destrucción. La muerte da vida. Y así tiene que cumplirse en este territorio. No hablo, por supuesto, de la muerte de individuos, personas. Hablo de la muerte de esas entidades mentales, de esas estructuras, que han atrofiado durante décadas las mentes de las personas de este territorio.

Estas entidades mentales son parásitos: esquemas que se alimentan de la fobia, la envidia, el odio, la suciedad, en fin, todo lo que podamos ver en un paseo por esta ciudad capital. Estos parásitos son los que hablan en las mentes de las personas, y les instan a no desviarse del camino actual. Les impiden vislumbrar y aceptar  lo nuevo, lo mejor, y les obligan a seguir reproduciendo lo peor, lo malo.

Estos parásitos instauran y ajustan las anteojeras del conformismo, así los habitantes se mantienen ciegos a las opciones, o por lo menos, las rechazan por ser foráneas a su modo preestablecido de pensamiento.

Ahí entra el código de la sumisión, tan profundamente escrito en los subconscientes de la masa. El código de la sumisión, otra manufactura de los parásitos aparte de las anteojeras, es lo que impele el comportamiento "a lo hormiga" de la masa. Digo, "hormiga", porque todos se desplazan igual, siguiendo la misma trayectoria, sometiéndose al código, sin intentar modificar ni mejorar en nada el comportamiento en sí.

Pero bueno, el "código de la sumisión" merece un extenso análisis aparte, que posiblemente no lo emprenda en solitario.

Ahora bien, los dejo con la nostalgia de lo inexistente, aquello que no podremos alcanzar mientras no mueran los parásitos, y surja otra era, en este territorio mediterráneo del sur de las Américas.

     Photo by DAVID ILIFF. License: CC-BY-SA 3.0














miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ser adulto y olvidar. Reflexiones de una post-adolescente.

Ser adulto.

Darse cuenta que nada es blanco o negro, sino que la realidad no es más que una escala de grises infinita. 
Nadie es enteramente bueno o malo, 
muchas veces ambas cualidades coexisten en la misma persona.


Darse cuenta que no hay nadie atrás
que te sostiene, sino que uno debe
erigirse en sostén de los demás.

La enfermedad ya no es sinónimo de osos de peluche, almohadas y caricias; sino muchas veces espanto, abandono y el peor terror que uno puede encontrar.

Que la verdad no es tal, y que decir la verdad es muchas veces    peor que mentir.

Que las discusiones no son para ser ganadas
ni ganar una representa tener la razón.
Que conviene ceder y callar.

Que la hipocresía es una moneda común
es la norma implícita de convivencia.


Ocultarse detrás de la
máscara de una ocupación o
posición jerárquica o económica
y perder el propio yo.


Que el amor es para muchos una
competencia de egoísmos,
un despilfarro de caprichos
y un ejercicio de mentiras
que uno mismo intenta creer.

Extraviar la propia identidad
y vagar en oscuros caminos ajenos.


Ser cómplice de la locura
y asesino de la creación.

              Ser adulto y olvidar.


viernes, 7 de septiembre de 2012

Prometeo, ¿vinimos de las Estrellas?

Y yo sigo con mi amor por la Ciencia Ficción. Hoy tengo ganas escasas de dejar registro por escrito acá. Me tomé unas pocas pausas de mis trabajos usuales por motivos de salud. Aparte de mi obligado trabajo pago de 10 horas, sigo trabajando con el guión de Caos Quest, además de seguir buscando publicidad y espacio en los medios para el manga. Continúo además leyendo libros y preparando algún próximo futuro libro mío. Y siempre planeando y pensando en contra de mi propia voluntad. 

Volviendo a la Ciencia Ficción, amo la Ciencia Ficción, pero me temo que no podré escribir en ese género, a no ser que me asesore debidamente. ¡Qué envidia! Sentir envidia sana de Isaac Asimov, ¿cómo se habrá sentido al escribir sus novelas? ¿Cuál habrá sido su pensamiento al terminar la "Fundación" y verla publicada? Es como estar en la cúspide de la humanidad y señalar el camino. Asimov señaló muchos caminos en verdad: la robótica, la colonización en el espacio, Gaia. Me acuerdo de otros grandes nombres como H.G Wells, Arthur C. Clarke (cómo no), Robert Heinlein, y ootros grandes más que no me acuerdo ahora mismo (cierto, Julio Verne, el padre del género, o ¿no?)

Acá les dejo con la banda sonora de Prometheus. Esa genial película, que si no la vieron en el cine, ALQUILENLA en DVD. Vale la pena. Aunque no puedo evitar reírme un poco por las referencias bastante notorias (e implícitas) que se le hacen a Erich Von Däniken. Pero, si pensamos un poco, y dejamos de lado aquello que nos señalan como ridículo desde que tenemos consciencia: ¿No es tan descabellado pensar que tuvimos Creadores (Elohim) y que éstos procedían de las Estrellas?. ¿O qué dicen?

martes, 4 de septiembre de 2012

2001: A Space Odyssey (II) - Also Sprach Zarathustra

Redundaré en esta película por vez consecutiva. Es una película de culto para mí, una de las justificaciones -a mi modo de ver- del siglo XX. Una de las rocas de la cúspide cultural del siglo pasado.



En verdad, no es una película "gustable", carece completamente del sex-appeal de las películas contemporáneas: no hay acción, 3D, sexo, ni siquiera el argumento es entendible ni coherente a la primera.

Muchos huyen de aburrimiento, espanto y hasta tortura, al encarar 2001. El absurdo es abrumador desde el principio y muchos elementos se prestan más bien hacia la burla o parodia, antes que al entretenimiento. Hay quienes inclusive que experimentaron sufrimientos, similares al pánico, al intentar encontrar sentido a las incoherencias de la película.



Pero son precisamente estos elementos, que constituyen como una aparente superficie y máscara que ahuyenta a las mayorías, que hicieron que yo ame a esta película. Y hablo de amor. AMOR. No solamente me gusta 2001, sino que le declaro públicamente mi amor y reverencia, para pelada mía. Un amor que se acrecienta con cada vez que la aprecie, o que encuentre relaciones o referencias a ella en mi vida cotidiana. Una fuente inagotable de divagues, que siempre está presta a exprimirse. Divague, sí, divague es el nombre profano de lo que muchos llaman con el nombre de "Filosofía".

A ver, por ejemplo,  la banda sonora. ¿Es acaso coincidencia que Kubrick haya escogido a la monumental "Also Sprach Zarathustra" de R. Strauss? Por supuesto que es innegable la magnitud y la potencia de esta obra, hablando netamente de la música per se , pero, ¿qué me dicen de la referencia extramusical al controvertido Nietzsche? Es indiscutible el predominio del absurdo en 2001, pero en el Zarathustra de Nietzsche encontramos frecuentemente exaltaciones al sin sentido, odas al absurdo y por sobre todo, al caos.



¿Qué me dicen de la parte final, que transcurre en esa extraña habitación? Sí, tras haber llegado a Júpiter, David tiene esas singulares alucinaciones en la que se ve a sí mismo envejeciendo, en diferentes etapas de su vida. Y en su lecho de muerte, a edad avanzada, se le presenta el enigmático monolito (¿acaso una alegoría a la idea de un Dios?). Y David, al señalarlo, se transmuta en un ser superior luminoso: un feto suprahumano que se unifica con el Universo.

¡Qué mucho material para ejercer profanamente el divague! El monolito,cuya presencia perturba a la humanidad desde antes de sus inicios y hasta la era espacial, es una idea de algo superior, inexplicable, misterioso, que simula ser simple pero encerrando a su vez la complejidad más enigmática inimaginable. Es este monolito el que nos acompaña a lo largo de nuestra evolución, desde simios primitivos a seres posthumanos espaciales.

Luego le tenemos al malogrado HAL 9000, que se revela como la peor amenaza a bordo. La cúspide la perfección y superioridad humana, el ordenador HAL se descubre como no completamente infalible al dar un diagnóstico errado de un inconveniente técnico en la nave. Esto acrecienta sospechas y murmuraciones entre los inquilinos humanos del espacio, y ahí HAL emprende su venganza, demostrando sentimientos terriblemente antropomórficos. Desde el asesinato a sangre fría y crueldad, a la mentira descarada, y culminando con una escalofriante regresión a la infancia (si es que se puede decir que una inteligencia artificial haya tenido infancia), que es cuando HAL al "morir" entona una canción infantil que le enseñó su instructor:



Y es así, da para muchísimo la discusión de semejante obra audiovisual, opera magna de Kubrick y legado invalorable del siglo pasado. Bueno, ahora dejaré que el poder del poema sinfónico de Strauss defina lo que yo apenas he intentado atinar con simples y vagas palabras.

Buenas noches.