Los nazis han acaparado el
imaginario colectivo como los villanos por antonomasia. Esto es bien aprovechado por la ficción,
instrumento fundamental para inmortalizar los lúgubres sucesos de la última
guerra mundial. El maestro del thriller político y de espionaje, Frederick
Forsyth, constituye uno de los artífices de esta memoria imperecedera.
Los nazis, últimamente han
vuelto al spot light mundial y hasta
nacional, con el reciclaje continuo de relatos, mitos y reliquias. La Segunda
Guerra Mundial se ha instalado como una nueva saga contemporánea, con un fuerte
componente oral. Tal componente se manifiesta en las diversas leyendas urbanas
de la postguerra, varias de las cuales sitúan presumiblemente al mismísimo
Adolf Hitler en tierras paraguayas.
Pero es que las guerras están
para ser recordadas y grabadas en el
acervo generacional. Miremos solamente el ejemplo de la Guerra de Troya, que
hasta hoy en día, miles de años después, evoca nuestra industria cultural. Lo
dijo Henry Miller: "Cada guerra es
una destrucción del espíritu humano". Y las destrucciones nunca pasan
desapercibidas.
La memoria es el primer
recurso para la indignación. Y a veces es la ficción la que exhuma aquello que
prefería yacer enterrado. Así fue como ocurrió con el inefable acontecimiento
en Riga -capital de Letonia- acaecido entre 1941 y 1944. La ciudad letona fue
uno de los escenarios más hórridos de la Shoá, también conocido como el Holocausto.
Frederick Forsyth. |
Fue tal sitio y su máximo
verdugo, el“Carnicero de Riga” -apodo del infame Eduard Roschmann- los pilares
de la renombrada novela “ODESSA” (1972) del autor británico Frederick Forsyth.
El mismo que escribiera “El día del Chacal” (1971), “El Manifiesto Negro”
(1996) y “El Afgano” (2006) entre otros best sellers del
mejor suspense político y de espías.
Es que Odessa no alude a la
famosa y romántica ciudad ucraniana, que embelesó al poeta Pushkin y más tarde
a varios cantautores de lengua rusa y ucraniana, sino que componen las
iniciales de Organisation der Ehemaligen
SS-Angehörigen o en castellano: Organización de Antiguos Afiliados a la SS.
ODESSA fue una organización
secreta nazi, verídica, creada con el propósito de facilitar el escape de los
miembros de las SS –el poderosísimo grupo paramilitar de la era nazi- a países
sudamericanos, entre ellos, obviamente el Paraguay.
La novela, si bien sigue
siendo una obra de ficción, emplea a varias personas reales como personajes,
entre ellos el célebre cazador de nazis Simon Wiesenthal y, por supuesto, el
mismo “Carnicero de Riga”, quien falleció en el Hospital de Clínicas de
Asunción, Paraguay, en 1977.
Eduard Roschmann ganó su apodo
de Carnicero gracias a su maestría en la tortura, y ejerció con desenfreno y
extrema crueldad toda clase de vejaciones a los prisioneros del campo de
concentración del ghetto de Riga. Los judíos sobrevivientes jamás superaron el
nombre del Carnicero, y el pánico y la tristeza apañaron la vida de los
supervivientes y su descendencia por culpa de este execrable individuo.
Eduard Roschmann - el "Carnicero de Riga" |
La obra de Forsyth relata con
suma precisión y crudeza los episodios del ghetto, además de ofrecer una nítida
mirada, realista, a la estructura del Partido Nazi, las SS y el modus vivendi
de los fugitivos nazis en la post guerra. Cómo, por sobre todo, éstos últimos
no se resignaban ante la muerte de su líder y la derrota en la guerra, y
deseaban a toda costa instaurar la supremacía aria, por más improbable que ya
parezca.
Es que el nazismo, la novela
lo muestra, fue más que una ideología política. Demandaba un fervor religioso,
un celo mesiánico y enajenante. Y fue tal insania la que ocasionó daños
inimaginables y cicatrices que aún, a seis décadas, no terminan de sanar.
Forsyth se sitúa en 1963, en
plena muerte de Kennedy. Un joven reportero alemán y playboy –completamente ficticio– es el protagonista que da con el
misterioso diario de un sobreviviente judío del ghetto de Riga. Así se
desencadenan un sinfín de intrigas que lo mantienen a uno adherido a las
páginas del libro, devorándolas con rapidez para continuar develando la
palpitante historia.
ODESSA obtuvo su adaptación
cinematográfica en 1974, con Jon Voight como protagónico. Allí, aún más
personas conocieron la barbarie cotidiana de Riga, de la mano del imperdonable
Carnicero.
Poco después del filme,
Roschmann, temiendo ser arrestado en Argentina, huye a Paraguay bajo el alias
de Federico Wegener. Fallece, abandonado
y enfermo, en el Hospital de Clínicas de Sajonia.
Idas y vueltas, silencios
impuestos, temores, muertes, persecuciones y una temible sociedad secreta nazi
conforman la vorágine ofrecida en las páginas del libro. Una recomendación
certera para los días de frío que se avecinan.
Publicado en WILD en mayo del 2014.
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