El hombre se sentó a ver el horizonte. No. ¡Qué mentira!
El hombre fue una víctima del pérfido horizonte. El horizonte engatusó al hombre y lo encadenó para siempre a su vista.
Un día, no contento, el horizonte abrazó al hombre, mas en realidad lo abrasó. Consumió al triste ser animado y lo engulló.
Ahora el hombre es también un horizonte, una ceniza latente y siempre expectante.
Norma Flores Allende
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Manifestaciones