martes, 5 de mayo de 2009

¿Existió Abril?

Hago una pausa intencional en este revoltijo prosaico en que me ahogo placenteramente, bueno, no siempre tan placenteramente.

Es notable el descuido en que he sumido mi ‘monologante’ blog, ni siquiera dejé registros de abril. ¿Será que al no haber encerrado abril con mi camisa de fuerza tipográfica, Abril no existe?

Pero sé que Abril pudo existir, debió existir. Si yo viví en Abril, ¿me entendés?

Ya sé adónde voy apuntando. Me conozco tanto –qué envidia que sentirían los antiguos griegos- que hasta tengo elaborada una ciencia de mi persona, porque puedo predecirme, a mi pesar. Apunto a mis clásicas preguntas conceptuales que solían ser el enojo de muchas personas, muchos quisieron renegar de mi amistad por eso.

¿Qué es Abril? Es un mes me gritan. Ya sé que es un mes… ¿pero qué es?

Quizás, porque casi todo queda en un quizás, Abril no es sino un estado de conciencia, una convención social de calendario, algo así como el cambio de horario haciendo que anochezca a las 6. Horripilante, quiero liberarme del cuadrado arquitectónico y ciega como soy, no puedo salir a caminar de noche porque no mido distancias –en nada- y mis torpes piernas se comportan como si recién aprendieran a caminar y mis pies nunca ayudan.

Es decir, Abril es una convención. Que así lo sea. Y nosotros hicimos Abril en 5 días, y Abril superó la Palabra.

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