La sucesión de horas es eterna y me estoy cansando de esperar en un prolongado silencio mirando el piso…
El tiempo se desperdicia y no vuelve atrás jamás, pero el atrás es mío, es el único tiempo que quizá me pertenezca, puedo volver allí a mi antojo y adornar mis múltiples pasados. El pasado es lo único definido y traducible…que voy desatando
Mi existencia no es sólo mía, le pertenece a alguien más que vendrá a reclamármela. Pertenezco a todos los que fueron en mí y a todos los que Quizá yo sea varias personas.
El presente también es mío, pero no exclusivamente porque no está concluso; y del futuro no tengo certeza… creer en el futuro es para mí como creer en papá noel.
¿Y si el tiempo no existiera? Ojalá así yo me despertara en un vacío completo viviendo en sonidos sordos, libre, fuera de toda ley, de toda lógica humana.
Aunque no conozco los días, los camino por la calle y mis pasos son como el segundero de un reloj que no da la hora. Tampoco puedo hablar porque en mi mente resuena un metrónomo que me hace sangrar el pensamiento.
En mis sueños me persigue el tiempo, y el tiempo tiene mi rostro… así que trato de no dormir para que no se me escapen las horas, para que mi rostro no se desnude ante mi extrema debilidad.
Como castigo perturbador, vivo en un reloj golpeándome con el péndulo tras cada hora desperdiciada, tras cada cara sin amar que se me atraviesa, tras cada nombre que jamás voy a saber, tras cada amigo que dejo atrás.
El tren se me fue antes de que yo llegara y me quedé esperándolo en un vacío multitudinario.
Por todo esto a veces me parece que el futuro ya pasó…y que la película está en reversa.
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